El uso del aire acondicionado impacta de manera significativa en el consumo de combustible de tu vehículo. Aunque proporciona comodidad en los días calurosos, encender el aire acondicionado aumenta la carga sobre el motor, lo que conlleva a un mayor consumo de gasolina.
Es importante tener en cuenta este factor al decidir utilizar el aire acondicionado, ya que puede afectar tanto tu economía como el rendimiento del vehículo. Pero, ¿cómo funciona este sistema y por qué aumenta el gasto de gasolina? Te lo explicamos
El sistema de aire acondicionado se pone en marcha en varios pasos: en primer lugar, el compresor mecánico, impulsado por la potencia del motor del vehículo, comprime el gas refrigerante, transformándolo de un gas frío a baja presión a un aire caliente a alta presión.
Luego, el refrigerante caliente fluye a través del condensador, liberando calor. Posteriormente, el refrigerante se convierte en líquido a baja presión al pasar por un dispositivo dosificador de flujo, para luego evaporarse en el evaporador junto con el aire caliente que lo rodea, convirtiéndose en un gas frío.
Así, al encender el aire acondicionado, el aire caliente de la cabina entra en contacto con este sistema y sale nuevamente como aire frío a través de las rejillas del tablero.
Un estudio realizado por la Society of Automotive Engineers de Estados Unidos reveló que, si bien el uso del aire acondicionado implica un gasto de combustible adicional, conducir a altas velocidades con las ventanas abiertas tiene un impacto aún más severo en el consumo de combustible.
Esto significa que, en viajes por carretera, optar por bajar las ventanas en lugar de encender el aire acondicionado resulta en un mayor consumo de gasolina.
La investigación también señaló que tener las ventanas abiertas genera una resistencia significativa al avance del vehículo, lo que obliga al motor a trabajar más y, por ende, a consumir más combustible.
Esta situación se asemeja a la experiencia de saltar en paracaídas, donde el paracaídas genera resistencia al aire que ralentiza la caída.
Sin embargo, a velocidades más bajas, la resistencia al aire es casi insignificante, lo que significa que el uso del aire acondicionado no afectaría significativamente el consumo de gasolina en estas condiciones.
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En este mismo estudio además de confirmar que el uso del aire acondicionado aumenta el consumo de gasolina, se encontró que en una SUV, el gasto de combustible aumentó en un 8%, mientras que en un sedán fue un 20% más alto.
Esto indica que conducir a altas velocidades con las ventanas abajo afecta más a un vehículo con un diseño menos aerodinámico. Los expertos coinciden en que, si se conduce a más de 64 km/h, es preferible utilizar el aire acondicionado, mientras que a velocidades inferiores, es más eficiente bajar las ventanas.
Hay algunas prácticas que pueden mejorar la eficiencia al usar el aire acondicionado en tu vehículo.
Primero, es recomendable activarlo solo cuando conduzcas a velocidades superiores a 64 km/h, ya que a velocidades más bajas, abrir las ventanas puede ser más eficiente.
Además, ajusta la temperatura del aire acondicionado a un nivel que te resulte cómodo pero no excesivamente frío, lo que ayudará a reducir el consumo de combustible.
También es importante proteger tu auto del sol estacionando en lugares sombreados o utilizando parasoles para evitar que se caliente demasiado, lo que podría requerir un uso prolongado del aire acondicionado.
Finalmente, al iniciar tu viaje, permite que el aire caliente salga del interior del vehículo conduciendo con las ventanas abiertas durante unos minutos, de esta manera, el aire acondicionado trabajará de manera más eficiente al no tener que enfriar un habitáculo ya caliente.
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