¿Has parado alguna vez en un semáforo y te has preguntado qué hace que tu automóvil frene? No es tan sencillo como pisar el pedal: tu vehículo tiene que detenerse rápidamente, incluso en condiciones de humedad. Los discos de freno son una de las piezas más importantes del sistema de frenado, por lo que es importante entender cómo funcionan y cómo cuidarlos. Veámoslo más de cerca
Los discos de freno son un elemento de seguridad importante en todos los vehículos. Son los dispositivos que aseguran la reducción de la velocidad de cada llanta hasta que el vehículo se detiene.
Esto se debe a la fricción que se crea cuando los frenos atrapan el disco al pisar el pedal.
Los discos de freno están hechos de metal, lo que significa que no se desgastan tan rápidamente como otras partes del sistema de frenado. Las pastillas de freno, por ejemplo, están hechas de un material de fricción que se desgasta de forma más rápida.
Aunque los discos de freno son menos propensos a desgastarse que otras partes del sistema, hay que sustituirlos periódicamente para que los frenos sigan funcionando correctamente.
El estado de los discos de freno de tu automóvil lo determinará el uso y el mantenimiento general del sistema de frenado. Para asegurarte de que todo funciona bien, es importante comprobar el desgaste al menos cada vez que cambies las pastillas.
El tipo de discos de freno que necesitas para tu vehículo depende de su peso, tamaño y potencia. Veamos los principales tipos que hay:
Los discos de freno sólidos están formados por una sola pieza y suelen instalarse en las llantas traseras, aunque algunos vehículos los tienen en las cuatro.
Este tipo de discos disipan el calor con lentitud, por lo que son perfectos para los autos pequeños que no necesitan soportar niveles elevados de calor al frenar de manera brusca, ya que esto podría romperlos.
Los discos de freno ventilados se componen de 2 piezas separadas por canales que permiten la ventilación. Cuando el disco de freno gira, se produce un efecto ventilador que genera un flujo de aire constante a través del disco, evitando el sobrecalentamiento y las grietas.
Están situados a ambos lados generalmente de las llantas delanteras. Sin embargo, si el vehículo es muy pesado necesitará los discos ventilados en las llantas delanteras y traseras.
Cuando la frecuencia del uso de los frenos es alta, se produce el fundido de freno, se trata de una película generada por los gases y partículas que la pastilla libera sobre el disco, impidiendo que éste toque el disco eficazmente.
Los discos de freno perforados están diseñados con agujeros, lo que ayuda a disipar los gases generados y evitar el problema de fundido de freno. Además, pesan menos.
Por otro lado, tener agujeros en los discos significa que pierden eficacia en la disipación del calor y pueden agrietarse al frenar con fuerza. Para solucionar este problema suelen ser de hierro fundido.
Los discos de freno rayados tienen el mismo objetivo de los discos de freno perforados, evitar el fundido de freno, pero además utiliza ranuras en el disco para limpiar las pastillas de freno y mejorar el agarre. Sin embargo, esto también provoca un desgaste más rápido de las pastillas.
Son una combinación de los dos tipos de discos de frenos: discos rayados y discos perforados. Tienen pequeños agujeros en su superficie y ranuras para mejorar la capacidad de drenaje del agua. También tienen mayor área de fricción y son más ligeros.
Los discos de freno ondulados se han hecho cada vez más populares en los últimos años, ya que ofrecen una serie de ventajas. Quizá la ventaja más significativa sea su peso; los discos de freno ondulados son mucho más ligeros que otros tipos. Además, disipan el calor de forma más eficaz que otros tipos de discos, lo que significa que es menos probable que sufran daños en caso de frenada intensa.
Los discos de freno carbocerámicos están hechos de cerámica de carbono, que es una opción muy interesante en términos de disipación del calor y ligereza.
El principal problema de estos discos de freno es su elevado precio. Por lo demás, estos discos de freno son mucho más resistentes al calor y no tienen tendencia a sufrir daños con un uso intensivo.
Manteniendo los discos de freno limpios, eliminaremos el molesto chirrido de los frenos que muchas veces nos hace pensar que hay daños en otras partes del automóvil.
Este ruido se produce por el polvo y la suciedad que se acumula en las piezas del sistema de frenos y se pega a las pastillas, que empiezan a producir sonidos en el tren delantero.
La limpieza de las distintas partes del sistema de frenos es importante para que los frenos funcionen correctamente. Si se realiza una limpieza a fondo cada seis meses, puedes contribuir a que los frenos de tu automóvil estén en buen estado y sin ruidos molestos.
En conclusión, los discos de freno son una parte importante del sistema de frenado y necesitan ser mantenidos para garantizar la seguridad durante la conducción. En Tullanta.com te asesoramos sobre el mantenimiento de tu sistema de frenado incluidos los discos de freno, para que puedas estar seguro en la carretera.
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